Por Rubén Belluomo, Gerente Comercial de Infor Cono Sur.
Conforme a las Naciones Unidas, los elementos agua, alimentos y energía son la base para todo desarrollo sustentable. Los alimentos generan el 26% de las emisiones invernadero, por lo que es fácil entender la presión que tienen los productores para aumentar el cuidado ambiental. Existe una necesidad real de transformar este desafío en una oportunidad, asegurando que los productos sean tentadores para cumplir con las expectativas de los clientes, además de cumplir con la sustentabilidad y la responsabilidad social, garantizando también el cumplimiento de normas que están en continuo aumento. En cuanto al desarrollo de los productos, las empresas de alimentos tienen que trabajar de forma más inteligente y dura para optimizar el proceso sustentable. A continuación, Infor menciona algunos temas relacionados a esta temática.
Cambios impulsados por los clientes
La combinación de un aumento de influencers en las redes sociales y más cobertura en los medios sobre el consumo sustentable y responsable significa que más clientes desean contar con visibilidad de lo que compran diariamente. Incluyendo los productos alimenticios, cómo están empaquetados y cómo se transportan.
Las normas sobre sustentabilidad van en aumento para los productores de alimentos, con reglas que se deben cumplir para los envoltorios. El etiquetado sobre los valores nutricionales ya es una realidad y probablemente crezcan las reglamentaciones sobre temas como emisiones de carbono y uso de agua, por lo que las empresas lucharán para lograr un mayor cumplimiento y ser más atractivas para los consumidores.
Aún no es necesario contar con credenciales relacionadas a la sustentabilidad para operar, pero inevitablemente esto ocurrirá en un futuro no tan lejano. Pero, ¿cuáles son las características necesarias para ser sustentables? En este punto es donde las compañías enfrentan el mayor desafío, especialmente en lo que respecta al desarrollo de productos amigables con el medio ambiente.
El alcance de la sustentabilidad
La estrategia más directa y básica es determinar el impacto ambiental desde el origen del producto y todos los factores relacionados con la producción de los alimentos. Además, se deben incluir las consecuencias de los procesos de electricidad, vapor, calefacción y refrigeración utilizados. La estrategia estándar debe ser expandir el alcance y considerar el efecto de cada uno de los pasos de la cadena de suministro, utilizando la frase de “del campo a la mesa”. Si la industria se toma en serio la sustentabilidad, debe ir todavía más allá, cerrando todo el ciclo de la economía circular, analizando los desperdicios y las opciones de reciclaje. Actualmente, no existen lineamientos de lo que representa una sustentabilidad robusta y en este punto es donde hace falta más claridad.
La falta de cohesión y unificación en lo que respecta al etiquetado de los productos no ayuda a la situación, ya que los consumidores buscan claridad sobre las múltiples etiquetas a una industria que no siempre puede explicarlas. ¿Dónde empieza y dónde termina la sustentabilidad? Por ejemplo, existe cada vez más interés en la agricultura regenerativa, incentivando prácticas que impulsan la fertilidad del suelo y cada vez más proveedores intentan usar menos agua en los procesos de producción. Al mismo tiempo, el proceso sustentable puede incluir la mejora de inclusión social y económica para granjeros y proveedores.
Entonces ¿dónde quedan los parámetros del cuidado ambiental? Queda a consideración de los productores y procesadores definir cuáles son los factores múltiples que se deben considerar al determinar cuán sustentable es un producto. Esto incluye cumplir con las demandas de los clientes sobre transparencia sustentable e instalar procesos que puedan soportar la introducción de requisitos concretos en el futuro.
Exceso de datos
Cuando se debe introducir un nuevo producto sustentable al mercado, el desafío principal para las empresas de alimentos es cómo manejar la cantidad enorme de datos de toda la cadena de suministro (sin mencionar asegurarse de que la fecha en que se reciben los datos de los socios de la cadena sea la precisa). Los datos no son estáticos, sino dinámicos sin características de mercadería fija. Cada vez se deben considerar más factores para determinar la sustentabilidad, por lo que la complejidad de la gestión del ciclo de vida del producto y su desarrollo aumentan a un paso enorme. Esto significa que ya no es solo sobre el proceso de creación, sino sobre optimizar y automatizar el desarrollo para llevar mercancía relevante y tentadora al mercado lo más rápido posible.
Por eso, las hojas de cálculo no son más útiles para la gestión del ciclo de vida del producto, ya que no pueden manejar en forma rápida y efectiva los grandes volúmenes de datos que se deben considerar. Estas no solo generan muchos errores, sino que también toman mucho tiempo, al tener que pasar entre distintos sectores para amalgamar las acciones y actividades de las distintas partes involucradas. Con herramientas para la gestión del ciclo de vida del producto, las empresas pueden capturar ideas, calificarlas y estructurar los procesos, logrando transparencias no solo en los criterios de las decisiones, sino también con respecto a la sustentabilidad.
Un proceso colaborativo
Tener la herramienta correcta facilita el conocimiento de cada una de las partes del negocio, logrando un repositorio con toda la información relevante. Las actividades se asignan a los distintos departamentos y personas, programándolas en paralelo y requiriendo aprobación digital para poder realizar otra acción. Es frecuente que la mercancía llegue demorada al mercado debido a un error en una de las áreas del proceso de desarrollo. Todas las etapas están vinculadas y son codependientes para que los productos correctos lleguen al mercado en tiempo y forma, ya que el menor de los errores en alguna parte del proceso puede llevar al fracaso.
Una jornada continua
El ciclo de vida de un producto no empieza y termina con el desarrollo del mismo, sino que continúa después del lanzamiento. La capacidad para recalcular los factores de sustentabilidad al cambiar de proveedores, cambio de ingredientes o responder a nuevas legislaciones, por ejemplo, resulta crucial y es demasiado complejo y toma mucho tiempo dejarlo en las hojas de cálculo. Las soluciones adecuadas pueden gestionar todo el proceso, cambiando las especificaciones de algún producto en especial y luego informará las reformulaciones necesarias para optimizar los costos y la sustentabilidad.
Si llevamos esto un paso más allá, también se debe considerar la gestión de la etapa final. Por lo que la tecnología puede ir más allá de la gestión y abarcar el reciclado de los envoltorios y hasta contar con opciones responsables para el manejo de desperdicio de alimentos, pasos que suman para mejorar la sustentabilidad del producto o de la empresa.
A medida que más empresas de alimentos buscan lograr productos verdaderamente sustentables, la capacidad de llevarlos rápidamente al mercado es crucial, ayudando así a desarrollar un diferencial en un escenario cada vez más competitivo. La tecnología resulta clave para optimizar la sustentabilidad, permitiendo a las empresas de alimentos adaptarse a los cambios en las demandas y en la legislación, brindando mercadería atractiva para los consumidores. Al contar con la tecnología adecuada, las compañías de alimentos optimizan todo el proceso del desarrollo del producto y cuentan con una infraestructura para cumplir con las más altas normas sustentables.
