En un mundo donde las amenazas cibernéticas evolucionan más rápido que las soluciones tradicionales, la metodología Zero Trust (confianza cero) nace como una respuesta clave para proteger el acceso lógico en la actualidad. Este enfoque cambia el modelo clásico de seguridad, que asumía confianza implícita dentro de la red corporativa y los sistemas, y lo reemplaza por un modelo donde cada solicitud de acceso debe ser verificada rigurosamente, independientemente de su origen.
La esencia de Zero Trust radica en el principio de «nunca confíes, siempre verifica». Bajo este modelo, los usuarios no reciben acceso automáticamente por estar dentro de la red, sino que deben ser evaluados a través de múltiples capas de control. Tecnologías como la autenticación multifactor adaptativa (MFA), la microsegmentación, análisis de segregación de funciones y el uso de análisis de comportamiento impulsados por Inteligencia Artificial juegan un rol clave en este esquema. Estas herramientas no solo identifican usuarios legítimos, sino que también detectan e identifican patrones anómalos que podrían indicar un ataque o un acceso no autorizado a un aplicativo.
Para el año 2025, Zero Trust debería consolidarse como una estrategia fundamental en el control de accesos para entornos híbridos y multi-cloud, donde los datos y las aplicaciones estén distribuidas en múltiples plataformas y ubicaciones, ya que permite garantizar el principio de menor privilegio, asegurando que cada usuario tenga acceso únicamente a los recursos que necesita para desempeñar su función, y solo durante el tiempo requerido.
En este contexto, este enfoque es esencial para el cumplimiento normativo en la gestión de datos sensibles. Regulaciones como GDPR, CCPA y la Ley de Protección de Datos Personales en Chile exigen un control granular de accesos, registro de actividades, monitoreo continuo y la capacidad de demostrar que los datos están protegidos frente a accesos indebidos. Zero Trust no solo cumple con estos requisitos, sino que refuerza la confianza de los socios de negocio y usuarios finales al demostrar un compromiso con la seguridad lógica.
La implementación de esta metodología en el marco de la Ley de Protección de Datos Personales en Chile se convierte en una herramienta estratégica para demostrar cumplimiento regulatorio. Al aplicar controles rigurosos y medibles en cada solicitud de acceso, las organizaciones pueden generar evidencias claras de que sus sistemas están configurados para minimizar riesgos, lo que aporta transparencia y responsabilidad ante las auditorías y las autoridades.
Este enfoque no solo ayuda a cumplir con los requerimientos legales, sino que también refuerza la confianza de clientes y socios comerciales. La capacidad de registrar, auditar y analizar en tiempo real cada acceso se traduce en una protección robusta frente a accesos no autorizados, limitando el movimiento lateral de potenciales amenazas y reduciendo el impacto de posibles incidentes.
En definitiva, Zero Trust es mucho más que una simple metodología de seguridad: es un pilar fundamental que se alinea perfectamente con las exigencias normativas actuales como la Ley de Protección de Datos, permitiendo a las empresas no solo cumplir con la normativa, sino también demostrar su compromiso con la protección de la información en un mundo digital en constante evolución.






