La ciberseguridad no sólo impacta en tus activos digitales, sino que puede tener una correspondencia en el mundo físico, como demuestra Kaspersky

Encontrar siempre a la misma persona en los lugares que frecuentamos o tener la impresión de que alguien está espiando nuestras conversaciones por teléfono móvil, ya sea por voz o por texto, son indicios de que podemos ser víctimas de acoso digital. La herramienta que hace posible esta práctica se llama stalkerware, software que, a través de una app para dispositivos móviles, permite espiar a otra persona sin su consentimiento.

A nivel global, el uso de stalkerware se ha generalizado y lamentablemente está asociado con casos de violencia doméstica y maltrato psicológico de las víctimas, siendo en su mayoría mujeres. El estudio de Kaspersky llamado “Acoso Digital en las relaciones”, muestra que 53% de los argentinos no sabe qué es el stalkerware y no tiene forma de reconocer si están siendo acosados digitalmente y por ende, ignoran cómo protegerse.

Justamente son las mujeres quienes tienen un mayor desconocimiento de la existencia de estas aplicaciones, pues entre los encuestados que afirmaron saber qué es el stalkerware hay más hombres (51%) que mujeres (44%). Otro dato importante es el número de personas que confirmaron haber sido o ser víctima de acoso digital. Entre los argentinos, el 32% de los encuestados dijo haber sido víctima de acoso digital; de ellos, 28% son hombres y 36% mujeres. Todas estas cifras permiten concluir que son ellas quienes están más expuestas a ser víctimas de violaciones a la intimidad.

El estudio también revela las formas más comunes de acoso digital, entre las que destacan, con el 44% de las respuestas, el monitoreo del teléfono móvil. Otras formas incluyen el uso de dispositivos de monitoreo especialmente diseñados (18%), programas instalados en computadoras (23%), espionaje de cámaras web (14%) y dispositivos domésticos inteligentes (11%). Es importante señalar que el 13% de las víctimas no pudo responder cómo se produjo el acoso, lo que demuestra el desconocimiento de la existencia de estas herramientas.

Carolina Mojica, Gerente de Producto para el Consumidor para las Regiones Norte y Sur de América Latina en Kaspersky

La mayoría de las veces, el stalkerware se instala accediendo físicamente a los dispositivos, por lo que el acoso siempre lo realiza alguien cercano a la víctima: el cónyuge, un familiar o la pareja sentimental. La instalación se lleva a cabo discretamente y sin el conocimiento ni consentimiento de la víctima”,, explica Carolina Mojica, Gerente de Producto para el Consumidor para las Regiones Norte y Sur de América Latina en Kaspersky, que agrega que “En  noviembre del 2020 Kaspersky lanzó una herramienta que se llama TinyCheck. Es una gratuita contra el el acoso digital, con el fin de ayudar a organizaciones sin ánimo de lucro a apoyar precisamente las víctimas de violencia doméstica pues protege su privacidad”

Por otro lado Mojica comenta que “El 36% son programas instalados a través de computadoras. El 24% es un espionaje de cámaras web, 14%. Son dispositivos domésticos inteligentes que ya están instalados. Pero el 13% de las víctimas no pudo responder de dónde viene el acoso, que es un tema que nos demuestra claramente un desconocimiento en la existencia de este tipo de herramientas por parte de las personas”.

Judith Tapia, Gerente de Producto para el Consumidor para México en Kaspersky

Estas aplicaciones se pueden adquirir online. Son vendidas por compañías registradas de forma legal y se comercializan bajo la apariencia de, por ejemplo, soluciones para monitorear la actividad online de niños y/o empleados. Sin embargo, al contrario de las apps de control parental, el stalkerware se utiliza de manera sigilosa, sin que las víctimas sepan que sus dispositivos están siendo monitoreados”, comenta Judith Tapia, Gerente de Producto para el Consumidor para México en Kaspersky, y agrega: El Stakelware es una aplicación que se comercializa de manera legal en las tiendas de aplicaciones más conocidas y se instala de forma manual en los dispositivos. ¿Qué quiere decir esto? Que la persona o el acosador tiene que tener acceso físico al teléfono de la víctima para poder instalarlo. Una vez que se instala el acosador accede desde su propio dispositivo a un gran número de datos de la víctima desde forma remota los datos mensajes de texto, información de llamadas, la localización mediante GPS, fotos, vídeos, historial de navegación o cualquier actividad que tengamos en redes sociales”.

Asimismo, Tapia comenta que: “Está demostrado que este software está asociado con casos de maltrato psicológico y también es considerado otra forma de violencia, pues los acosadores se basan en esta herramienta tecnológica para tener el control de las víctimas”.

Las expertas de Kaspersky destacaron algunas fallas de seguridad en el comportamiento de las personas y que facilitan el acoso digital: las parejas a menudo se dicen la contraseña de su teléfono inteligente y la encuesta lo confirma pues en Argentina 57% de las personas consultadas conocen la contraseña de su compañero/a y también han proporcionado la suya. Otro hábito digital preocupante, desde el punto de vista de la seguridad, es compartir servicios como iCloud y Google Account entre miembros de la misma familia. El 36% de los argentinos lo hace y esta es otra opción tecnológica que permite rastrear a alguien, pues estos servicios incluyen características de ubicación geográfica, almacenamiento de fotos en la nube, entre otras herramientas que pueden ser explotadas.

Preocupados por el fenómeno de la violencia digital y la propagación global en el uso de software espía, en 2019, Kaspersky cofundó, junto con 10 organizaciones, la Coalición Anti Stalkerware (CAS) que actualmente está integrada por más de 40 miembros de todo el mundo, con expertos que trabajan en diferentes áreas relevantes como apoyo a víctimas, defensa de los derechos digitales, la seguridad informática, la academia, la investigación de seguridad y la aplicación de la ley. Por primera vez desde su creación, la CAS cuenta con un integrante de América Latina:  la ONG mexicana Luchadoras, que realiza una importante labor apoyando a mujeres afectadas por el acoso digital.

Alicia Reynoso, de Luchadoras

“Buscamos que se construya un un acceso a la tecnología, un uso de la misma que esté pensada de forma crítica de cómo ha sido históricamente el acceso a estos derechos para las mujeres, para las niñas y para las disidencias. La violencia digital de género es esta violencia que se replica y que experimentamos en los espacios físicos, una violencia estructural, histórica”, indica Alicia Reynoso, de Luchadoras, que agrega “Es algo que puede causar daño psicológico y emocional, reforzar sentimientos de culpa y vergüenza, causar pérdidas económicas, obstaculizar nuestra participación en la vida pública y propiciar otras formas de violencia física o sexual. Entonces decir que no son formas de violencia separadas, sino que son la extensión de a través de las tecnologías machista que hemos experimentado”.

“En el informe ‘Frente al Amor Tóxico Virtual: Un año de la Línea de Apoyo contra la Violencia Digital’ se encontró que de las personas agresoras que son posibles de identificar, la ex pareja ocupó el primer lugar. Necesitamos desmantelar los usos patriarcales de la tecnología para vivir libres en línea”, sumaReynoso.

Aimée Vega Montiel, Especialista en Derechos Humanos de las Mujeres, Medios de Comunicación y Tecnologías de la Información

Por su parte, Aimée Vega Montiel, Especialista en Derechos Humanos de las Mujeres, Medios de Comunicación y Tecnologías de la Información, comentó: “los hallazgos de este informe son relevantes y nos ayudan a entender que el stalkerware es solo una de muchas formas de violencia digital que a su vez, representan una extensión de la violencia contra las mujeres, misma que no puede ser abordada únicamente con un enfoque punitivo, sino con una visión holística que promueva la cultura de los derechos humanos de las mujeres. La tecnología no puede ser excluida en este enfoque”.

Vega Montiel agrega que “Desde el feminismo siempre hemos enfatizado y ha sido muy importante construir evidencia empírica, construir datos, porque son la base que nos permiten, por un lado, dimensionar problemas como es el caso de la violencia digital… que permitan poder desarrollar tanto Marcos normativos como políticas públicas que realmente les sirvan a las mujeres. Hay que establecer un enfoque de género, dado que la mayor parte de las víctimas de este tipo y de otros tipos de violencia digital son mujeres. En el mundo se registra que más del 90% de las víctimas de violencia digital, en efecto, son mujeres”.

Finalmente Montiel señala que “El Parlamento Europeo nos dice en 2018 que hay 18 tipos de violencia digital que están asociados o pertenecen a distintos ámbitos, por ejemplo, el ámbito de las violaciones a la privacidad incluyen la pornografía por venganza o el abuso, el voyerismo digital, la búsqueda, manipulación y publicación de información privada de una víctima, también la suplantación de la identidad. En el ámbito del acoso también identificamos la recepción no solicitada de materiales sexualmente explícitos al móvil, que se refiere al acto de intimidar o acosar a una víctima a través de un despliegue hostil de ataques, que en algunas ocasiones incluye a cientos o miles de personas. En el ámbito del discurso de odio sexista. Identificamos la la publicación de contenido violento en contra de una víctima, el uso de comentarios sexistas e insultantes”.

Para comprobar si tu dispositivo móvil contiene stalkerware, busca las siguientes señales:

  • Verifica los permisos de las aplicaciones instaladas: el stalkerware puede disfrazarse bajo una app falsa con acceso sospechoso a los mensajes, registros de llamadas, localización y otras actividades personales. Por ejemplo, una aplicación llamada «Wi-Fi», con geolocalización, es un candidato sospechoso. 
  • Analiza la configuración de «fuentes desconocidas» en los dispositivos Android. Si las «fuentes desconocidas» están activadas en el dispositivo, podría ser una señal de que se ha instalado un software no deseado por parte de un tercero. 
  • Revisa el historial del navegador. Para descargar el stalkerware, el acosador tendrá que visitar algunas páginas web que el usuario afectado no conoce. También es posible que no haya ningún historial si el acosador lo ha borrado. 
  • Utiliza una protección de ciberseguridad en tu móvil, como Kaspersky Internet Security para Android, que protege contra todo tipo de amenazas móviles, incluyendo el software espía, y realiza escaneos periódicos del dispositivo.

Si encontraste stalkerware en tu dispositivo:

  • No te apresures a desinstalarlo ya que el acosador lo sabrá y se debe considerar que esa persona puede ser un riesgo potencial para la seguridad en muchos casos.
  • Antes de eliminar el software, considera que conservar alguna evidencia del stalkerware para fines legales podría ser necesario.
  • Contacta a las autoridades locales y organizaciones que apoyan a las víctimas de la violencia doméstica, para que te ayuden y planifiquen tu seguridad. Puedes encontrar una lista de organizaciones relevantes en varios países en https://stopstalkerware.org/es/